Mucho se ha especulado ésta temporada sobre la posibilidad de que las pelotas que se usan en Grandes Ligas están alteradas, con diversos estudios dando evidencias de que éstas son diferentes, además de las sensaciones de los pitchers y bateadores, quienes han aceptado que la bola se siente diferente.
Incluso, Rob Manfred ha admitido que hay ciertas diferencias en cómo las pelotas son hechas.
Sin
embargo, la prueba irrefutable de que las pelotas que se usan en
Grandes Ligas están alteradas quizá esté en ligas menores; en Triple A
para ser exactos.
De acuerdo con estadísticas de Minor League Stats, la
temporada en el más alto nivel de las menores terminó con 5,749
cuadrangulares.
En 2018, se conectaron 3,652 cuadrangulares, lo
cual significa un aumento de 2,097 vuelacercas entre ambos años, con la
única diferencia siendo que en 2019 se comenzaron a usar las mismas
pelotas que se usan en Grandes Ligas.
El aumento del 57.4% en los
jonrones conectados entre ambas temporadas debe de decirnos algo sobre
la composición de las pelotas que se usan en el béisbol.
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