El dominicano Robinson Canó cobró
protagonismo en el Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas al
acreditarse el premio al Jugador Más Valioso (MVP), luego de haber
conectado el jonrón que selló el triunfo e la Liga Americana en el
décimo episodio.
Canó, el segunda base de los Marineros de
Seattle, esta vez salió como bateador designado y pegó 1 de 2, fue
ponchado en el séptimo episodio, pero en el décimo sacó el bate
explosivo y con batazo de cuatro esquinas definió el partido a favor de
la Americana.
El dominicano fue el jugador clave en la edición 88 del Juego de las
Estrellas que se jugó en el “Marlins Park”, de los Marlins, en Miami.
Canó se vistió de héroe al enfrentar en la caja de bateo al relevo de
los Cachorros de Chicago, Wade Davis, para dar al equipo de la Liga
Americana la victoria.
“Ese turno al bate en el décimo episodio fue un momento complicado para mí”, reconoció el toletero de los Marineros.
Agregó que “el gran problema es que yo sabía que enfrente de mí, en la lomita, estaba uno de los mejores lanzadores”.
Indicó que “estaba nervioso, pero me sentía preparado, yo esperaba
cualquier tipo de lanzamiento y dije el disparo que Davis me mande yo
voy a hacer el “swing” y voy a conectar”.
El dominicano dijo que “pensé que debía tomar un lanzamiento que viniera justo sobre el medio”.
El jonrón de Canó fue el primero en un Juego de las Estrellas desde que el cubano Tony Pérez lo hizo hace exactamente 50 años.
Pérez, que estaba presente en el “Marlins Park”, fue uno de los
integrantes del Salón de la Fama que hizo uno de los lanzamientos
ceremoniales antes del inicio del juego.
Mientras que Canó se convirtió en el tercer jugador de los Marineros
que es nombrado Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas, y se une al
japonés Ichiro Suzuki (2007) y a Ken Griffey Jr. (1992).
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