Con 14 años y 6-4 de estatura, Ana Iris Batista Taveras entrena
duramente de lunes a viernes porque quiere ser parte de “Las Reinas del
Caribe”. “Quiero ser como Bráyelin Martínez”, manifiesta sobre la
espigada salidora de 6¥6 de estatura y nueva fuerza del voleibol
dominicano.
Ana Iris es una de las más de 200 niñas, adolescentes y jóvenes
integran el exitoso Proyecto Nacional de Selecciones Femeninas de
Voleibol, una especie de laboratorio puesto en marcha en 1994 por
Cristóbal Marte.
Por su tamaño salta a la vista en un deporte donde la “Operación Altura” es tarea permanente.
Un total de 10 entrenadores, encabezados por Mayo Sibilia y Ricardo Gioriver Arias,
con ojos clínicos los dos, trabajan diariamente de 3:30 a 6:00 de la tarde enseñando y evaluando los mejores talentos.
Las niñas son aceptadas desde los siete años y remitidas a la joven
entrenadora Ana Kiris Ferrer, quien focaliza las primeras enseñanzas en
el voleo y la recepción con los antebrazos.
“El relevo está garantizado”, resalta Remigio Valdez, quien trabaja con el grupo que está en la franja de 14-15 años.
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