“Cuando subí al cuadrilátero, lo primero que pensé fue en mi hijo de
apenas dos años y luego confié en las orientaciones que me dio mi madre
antes de partir a los Juegos del Caribe. El resultado fue la obtención
del oro para la República Dominicana”.
Así se expresa la judoca Estefanía Soriano rodeada del cariño y la
alegría de su familia y decenas de vecinos que acudieron el sábado a su
humilde casucha ubicada en el barrio “Las 100 Casitas” de este
municipio.
Ella vive en una estrecha vivienda propiedad de una tía, en
compañía de su madre, tres hermanos y su pequeño hijo de dos años. Es la
judoka de oro de los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Soriano lleva 14 años dedicada al rudo deporte con su entrenador
Ruddy Contreras, quien la reclutó para que formara parte del equipo de
Bayaguana y los logros han sido extraordinarios.
En una estrecha sala de su vivienda se pueden observar decenas de medallas obtenidas por ella en diferentes eventos deportivos.
El pasado viernes, al regreso al país junto a la delegación
dominicana que participó en Barranquilla, en el mismo aeropuerto ella
recibió la buena noticia: el Gobierno le construírá una vivienda.
Mayobanex Escotto, director del INVI, dijo que ubicarán un solar para
proceder en tal sentido en la propia Bayaguana. En iguales términos
habló el Ministro de Deportes Danilo Díaz.
La madre de Estefanía, Mireya Soriano Javier, nació en la comunidad
rural del Pomito de Carabela, de aquí, y se dedica a los quehaceres
domésticos.
La cotidianidad de Estefanía transcurre con muchas dificultades. El
rancho de madera es de apenas dos habitaciones y por ello muchas de las
labores domésticas se realizan al aire libre, en el patio.
“Siempre hemos vivido aquí confiados en que podemos mejorar nuestras
condiciones. Mi madre hace algunas actividades para lograr parte del
sustento de nuestra familia y ya nosotros podemos aportar algo para
subsistir”, comenta “Alondra”, como le dicen sus más cercanos.
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