El entrenador de Golden State Steve Kerr es un hombre feliz en estos días.
Tiene
un nuevo contrato. Tiene a su hijo Nick, que estaba ayudando en San
Antonio, trabajando en la sala de video de los Warriors. Encabeza un
equipo que ha ganado tres de los últimos cuatro títulos de la NBA y que
es el favorito abrumador para ganarlo de nuevo esta campaña.
Seguir
feliz va a ser el reto para Kerr, y para los Warriors en esta
temporada, cuando sus rivales en la Conferencia del Oeste reanudan sus
intentos por destronarlos.
“Nuestro puesto en la historia de la
liga está asegurado”, dijo Kerr. “No pienso que nuestros muchachos deban
sentir mucha presión.
Pienso que deben sentir la importancia de tratar
de lograrlo de nuevo, porque ésta pudiera ser la última vez que
tendremos esta versión de los Warriors, dados todos los agentes libres y
el dinero y todo lo demás”.
LeBron James llevó su talento a Los
Ángeles, firmando con los Lakers y saliendo de la Conferencia del Este
por primera vez en su carrera. Houston tuvo el mejor récord de la
campaña regular de la NBA hace un año y al reinante Jugador Más Valioso
James Harden. Utah tiene a un astro naciente en Donovan Mitchell y
ciertamente atrajo la atención de la liga en los pasados playoffs.
Pero en el Oeste, hasta nuevo aviso, están los Warriors y entonces el resto.
“Es
un maratón”, dijo el estelar base de los Warriors Stephen Curry. “Queda
mucho tiempo entre ahora y abril y mayo y junio, pero si arrancamos
bien la campaña, eso puede alimentar las expectativas que tenemos cada
noche”.
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