El pitcher dominicano Jenrry Mejía quiere dar marcha atrás al pacto que realizó con Grandes Ligas para no apelar su tercer caso de dopaje, que desembocó en su inhabilitación de por vida del béisbol
Mejía fue suspendido por 80 partidos el 11 de abril del año pasado por un primer caso positivo a Estanozolol, y aunque en aquella ocasión dijo desconocer cómo llegó la sustancia a su cuerpo, ahora admitió haberla usado. Volvió a jugar el 12 de julio y participó en siete partidos con Nueva York, pero el 28 de julio fue inhabilitado por 162 partidos después de otro positivo a Estanozolol y Boldenona.
“Me preguntaron que si yo sabía de una persona, y yo les dije que no podía darle información de esa persona”, dijo Mejía, refiriéndose a una discusión del verano pasado. “Me dijeron que si yo apelaba, ellos tenían la tercera prueba, ellos podían chequearla, mirarla, y podía ser que si ellos encontraban algo en la tercera prueba, sacarme de por vida, como lo están haciendo ahora. Pero si yo no apelaba, me iban a dejar tranquilo, ‘vaya siga practicando’, y que regrese al béisbol con una segunda suspensión”.
“Soy una persona que tengo dignidad, yo puedo limpiar mi nombre yo mismo, pero yo no puedo limpiar mi nombre ensuciando otro nombre”, afirmó Mejía.
“El historial del señor Mejía demuestra que es un usuario repetitivo de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento. Por lo tanto, de acuerdo con el convenio laboral que fue negociado, no puede ser permitido como jugador activo en nuestro deporte”, dijo MLB en un comunicado.
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