José
Reyes tomó el último de su docena de swing, se detuvo fuera de la caja
de bateo, bailó un poco escuchando música desde un pequeño que tenía muy
cerca a sus pies.
Cerca del final de 59 días de suspensión que tiene por violar el
programa de políticas de violaciones domésticas, el paracorto de los
Rockies estuvo de regreso en el campo ayer en Arizona.
“Es bueno retornar al campo y colocar lo que pasó a mis espaldas”,
dijo Reyes durante las facilidades de entrenamientos de los Rockies. “Lo
siento, cometí un error, lo estoy pagando y ahora estoy aquí igual que
un hombre. Justamente quiero me esforzaré en ser un mejor hombre y un
mejor esposo”, sostuvo el dominicano.
Reyes no había participado en entrenamientos y fue suspendido hasta
el 31 de mayo, después de ser cargado con violencia doméstica por un
altercado con su esposa en Hawaii el pasado octubre. el jurado que
seguía su caso no procesó el mismo luego en el juicio que estaba
programado para el cuatro de abril diciendo que la esposa de Reyes no
cooperó con el mismo.
El quisqueyano se convirtió en el segundo pelotero en ser suspendido
bajo las políticas de violaciones domésticas en el béisbol, siguiendo al
relevista de los Yankees, Aroldis Chapman y perdería al menos siete de
los 22 millones de dólares que percibirá este año.
“Me puse yo mismo en esta situación y siento mucho que haya
sucedido”, dijo Reyes, quien agregó que espera colocar ya este hecho en
el pasado y continuar mi vida y mi carrera. “Los humanos cometemos
errores, y también siento el colocar a los fanáticos de los Rockies en
esta clase de situación”, sostuvo.
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